¿Cuál es tu propósito de vida?
Una herramienta de coaching para guiarte en las decisiones más importantes.
Esta semana publicamos el último episodio de la segunda temporada del podcast Indomable.
Si no lo escuchaste, podes hacerlo en cualquiera de las plataformas de podcast o en mi perfil de Substack.
Cómo te compartí en ese episodio, estoy suspendiendo la producción del podcast por algunos meses para dedicar esa energía en escribir mi libro.
No me estoy desapareciendo de tu vida, ni mucho menos.
Voy a seguir conectada con vos por esta vía. Voy a seguir escribiéndote correos con contenido relevante para vos y para tu desarrollo personal y profesional y te avisaré cuando surjan oportunidades para trabajar conmigo en talleres, cursos o programas.
Si no te has suscrito aun a mi lista de Substack o si conoces a alguien que quiera recibir estos contenidos, compartile este mensaje y hace click en este link para suscribirte.
Pero estaré menos presente en algunas redes sociales porque estaré dedicando la mayor parte de mi tiempo a mis programas en Massive y a escribir mi libro.
Cómo en muchos otros momentos decisivos en mi vida, tengo varias emociones encontradas.
Por un lado, siento nostalgia anticipada por el podcast, por lo mucho que he aprendido de mis invitadas y las poderosas conversaciones que tuve con cada una de ellas, también voy a extrañar el proceso de reflexión y crecimiento personal que cada episodio representaba para mi, y por supuesto, siento algo de conflicto al saber que este podcast ha sido esperado, escuchado y aprovechado, semana tras semana, por las personas que han trabajado conmigo como su coach o han estado dando seguimiento a mi trabajo todos estos años.
Por otro lado, sin embargo, me siento entusiasmada con la idea de escribir mi libro. Esta es una meta que tengo desde ya hace algunos años y que mucha gente me ha estado pidiendo que haga. Sienten (y lo creo) que escribir un libro sobre mis aprendizajes y experiencia sobre cómo desarrollar una mentalidad Indomable, cómo aplicar todo lo que enseño en el podcast y en mis charlas y talleres, y cómo desarrollar habilidades que te permitirán tomar el control de tu vida y cuidarte al mismo tiempo que luchás por los cambios que querés ver.
Tomar esta decisión no fue fácil, pero si fue obvia.
Mi propósito de vida es crecer y ayudar a otras personas a cambiar la forma en que se entienden a sí mismas y la forma que entienden el mundo que los rodea para poder cambiar sus realidades.
Cuando hago un recuento de mi vida y de todos los espacios en los que he trabajado, las carreras que he desarrollado y las contribuciones que he hecho a mi comunidad, veo claramente lo consistente que he sido con este propósito. Mi vida profesional y mi identidad no están definidas por lo que hago (mi trabajo) si no por las razones por las que hago lo que hago (mi misión). A veces mi propósito se manifiesta de una forma y a veces de otra, pero no deja de ser consistente.
Cuando tenemos claro cuál es nuestro propósito en la vida, cuál es nuestra misión, es más fácil preguntarnos: ¿Cuál es mi próximo reto? ¿qué me da miedo hacer porque sé que es importante? ¿cómo puedo, desde mi nuevo nivel consciencia, contribuir mejor a mi comunidad y a la vez acercarme más a mi propósito de vida?
Tener clara mi misión y visión personal, y el legado que quiero dejar, me ha permitido tomar decisiones sobre mi carrera y sobre mi vida que me mantienen alineada a mis valores, creencias y principios, tomar decisiones de forma intencional, enfocada en la película completa -y no sólo en la escena que estoy viviendo en ese momento- y sentirme en la libertad de explorar nuevas formas de lucha sin perder mi rumbo, al contrario, me ha ayudado a adaptarme a los cambios en mí y en mi entorno para servir mejor.
MI propósito de vida guía todas mis decisiones de vida, las grandes y las pequeñas, desde qué nuevo proyecto profesional o empresarial voy a emprender, a qué oportunidades les digo que sí y a cuáles digo que no, y con quién escojo trabajar y porqué, hasta qué estilo de vida quiero tener, qué hábitos necesito desarrollar o dejar, en qué y en quién invierto mi energía, etc.
Todas las personas tenemos un propósito de vida. Esta no es, cómo algunos piensan, una pregunta filosófica o teológica sin respuesta clara y definitiva. La diferencia es que algunas personas tenemos nuestro propósito de vida claro y podemos verlo reflejado en la mayoría de nuestras decisiones de vida, y otras necesitamos un poco de ayuda para articularlo.
Si te gustaría identificar tu propósito de vida (o verificar el que crees que es), te dejo a continuación una herramienta de coaching que aprendí de Success Unlimited Network® (SUN) cuando estaba sacando mi prier certificado como coach y me pareció muy valiosa.
Cómo identificar tu propósito de vida
Paso 1:
Piensa en 5-10 momentos de tu vida, de cualquier época y edad, en los que hiciste o conseguiste algo que te dejó una sensación auténtica de plenitud o satisfacción o cuando experimentaste algo que, incluso por un breve momento, te proporcionó una profunda sensación de bienestar y/o orgullo. Estos momentos pueden estar relacionadas con cualquier área de tu vida: salud, amigos, vacaciones, escuela, familia, trabajo, en la naturaleza... incluso en la tienda de la esquina.
Haz una lista de esos 5-10 momentos (describe cada uno en una línea).
Paso 2:
Para cada uno de esos momentos responde a las siguientes preguntas:
a) Identifica ESPECÍFICAMENTE lo que estabas haciendo. (1 frase)
b) Qué aspecto/parte/elemento ESPECÍFICO de esa experiencia te hizo sentir ese estado de bienestar? Escribe la respuesta solo con verbos en tiempo presente.
c) ¿Qué obtuviste de la experiencia? ¿En qué te beneficiaste? ¿Qué aprendiste? ¿qué revela esa historia sobre quién sos y qué es importante para vos?
d) ¿Cómo te sentiste / qué emociones o sensaciones experimentaste después de haberlo hecho? Trata de enfocarte en las emociones positivas que percibiste. Incluso en momentos difíciles, siempre hay algo positivo que podemos rescatar.
Paso 3:
Lee cada una de tus respuestas y subraya lo que sientas que son palabras clave o significativas de esas experiencias. Trata de no usar tu intelecto para analizar las respuestas y buscar la “respuesta correcta”. Dejate llevar por tu intuición. Si una palabra “te llama”, a esa hay que ponerle atención.
Paso 4:
Redacta una lista con las palabras y frases subrayadas en una columna
o en una hoja aparte.
Identifica palabras o frases que se puedan agruparse en una sola para ir reduciendo la lista a unas 4-5 palabras o expresión claves.
Paso 5:
Utiliza las palabras claves que seleccionaste para redactar tu propósito de vida.
Esta redacción va a necesitar varios ensayos e iteraciones para que quede clara y poderosa.
Para escribir tu propósito comienza con la frase “Mi propósito en la vida es…”.
Tu declaración de propósito debe cumplir con tres criterios.
1. Refleja lo que querés sentir y quien querés ser, no sólo lo que querés hacer.
Este significa que tu propósito de vida debe incluir tu motivación, aquello que querés sentir cuando estás alineada con tu misión y la estás implementando.
Podés comenzar con algo como “Mi propósito de vida es amar, crecer, aprender, sentirme orgullosa, sentir que pertenezco, etc.
2. La segunda parte del propósito describe lo que vas a hacer para sentirte así, describe el ¿“cómo” lográs eso?, ¿haciendo qué?
En mi caso, por ejemplo, inspirando, modelando y enseñado…
3. La tercera parte está relacionada con “para qué o para quién” hago todo esto. Un auténtico propósito de vida pretende tener un impacto más allá de vos mismx, servir a la sociedad, cambiar las relaidades.
Ya identificaste qué te motiva a hacer lo que hacés (los beneficios que vos obtenés) y qué haces para sentirte así o tener esos resultados, ahora es necesario identificar para qué o para quién querés hacer eso.
Las declaraciones del propósito deberían comunicar la conexión de la persona consigo misma, con otro y con el todo. Un propósito incompleto podría ser “Apreciar mis esfuerzos cuidando pacíficamente de mi mismx”. Esta declaración no reconoce tu conexión con otrxs o
con un todo. En cambio, la declaración “Ayudar a otros a encontrar su espíritu” omite la conexión con una misma. Los tres niveles de conexión deben de estar claramente presentes.
A medida que juegas con el lenguaje, se consciente de que puedes usar cualquier parte del discurso basándote en las palabras seleccionadas. Por ejemplo, “crear” puede ser también “creativo” o “creador” o “creando” o “creativamente”. Las palabras y frases pueden llegar a repetirse, por ejemplo, si “pasión” fuera una palabra clave, el propósito podría ser, “Compartir
mis pasiones de forma apasionada…”.
Practica con distintas formas de expresar tu propósito hasta que la declaración te resulte convincente al 90%.
Paso 6:
Una vez que tengás tu prpósito escrito y que te sintás por lo menos 90% satisfecha con esa redacción, reflexioná sobre ello por unos días, compartilo con personas cercanas, observá tus reacciones y las de las demás.
Yo copié mi propósito en un papelito y lo pegué en el espejo de mi baño y en mi computadora para recordarlo con frecuencia.
Espero que esto te sirva tanto como me sirvió a mi.
Tu aliada siempre,
Virginia