—“No sé si estoy liderando bien… o si simplemente estoy sobreviviendo”.
Eso me dijo una clienta, una mujer brillante, con un cargo altísimo y una trayectoria impecable.
Le pregunté:
—¿Y cómo sabrías si estuvieras liderando bien?
Se quedó en silencio. Me miró y dijo:
—Supongo que… me sentiría más libre.
—¿Libre de qué?, insistí.
—Libre de tener que demostrar. De complacer. De sostenerlo todo sola. De seguir fingiendo que esto es lo que quiero.
Ese día no trabajamos sobre su estrategia organizacional. Trabajamos sobre su derecho a redefinir lo que significa liderar como mujer.
Lo que hicimos fue comenzar a despertar a la Cacica que ella había enterrado bajo capas de eficiencia, profesionalismo y autoexigencia.
Las Cacicas modernas no son solo mujeres en cargos altos.
Son mujeres que lideran desde otro lugar.
Un lugar más profundo, más sabio, más incómodo… y más libre.
Una forma de estar en el poder sin replicar las violencias del poder tradicional.
Las Cacicas son las líderes que no caben en el molde porque el molde no fue hecho para ellas.
Y en lugar de adaptarse, lo rehacen.
¿Quiénes son las Cacicas hoy?
Son directoras ejecutivas que protegen a su equipo como matriarcas sabias.
Son fundadoras que desafían la lógica del crecimiento exponencial por una de impacto regenerativo.
Son madres que también son estrategas, sanadoras que también son financieras, y mentoras que también saben poner límites.
Son mujeres que han dejado de pelear por sentarse en la mesa del poder masculino, y han decidido construir nuevas mesas donde quepa la comunidad, la intuición y el conflicto sin violencia.
Y sobre todo, son mujeres que han hecho el trabajo interno de liberarse del condicionamiento patriarcal que les decía cómo debían ser para valer.
¿Cómo lidera una Cacica?
No lidera desde la perfección, sino desde la presencia.
No se sostiene sola, sino que teje redes.
No necesita controlar todo, porque ha desarrollado una confianza radical en su intuición y en la sabiduría del sistema.
Una Cacica no compite para ganar.
Escucha para comprender.
No se desvincula de sus emociones, pero no les entrega el timón.
Puede contener la complejidad sin necesidad de tener todas las respuestas.
Y lo más importante: sabe cuándo hablar… y cuándo retirarse a respirar.
Principios del liderazgo Cacica
No hay un manual, pero hay principios que comparten las mujeres que han despertado a esa parte indomable de sí mismas:
Liderazgo con raíz
No olvidan de dónde vienen. Reconocen a sus ancestras, a las luchas invisibles que les abrieron el camino, y se niegan a escalar cortando raíces. Una Cacica no lidera sola, lidera con todas.Autoridad encarnada
Su poder no viene de un título. Viene de su claridad, su congruencia y su capacidad de sostener incomodidad sin derrumbarse ni endurecerse. Una Cacica sabe que su cuerpo también es sabiduría.Confianza intuitiva
La lógica es herramienta, no trono. Su intuición está entrenada, afinada, y al servicio de la estrategia. No la esconde, no se disculpa por ella. La honra.Cuidado como estrategia
Saben que el cuidado no es blando, es profundamente político. Lo ejercen como resistencia y como metodología. Cuidar a su gente, a su visión, a sí mismas… no es debilidad. Es la base de un liderazgo sostenible.Desobediencia sagrada
No temen ser vistas como “difíciles”. Prefieren la incomodidad de la coherencia que la paz falsa del silencio. La Cacica no es rebelde por moda, es subversiva por ética.Humildad activa
Sabe que no lo sabe todo. Y no lo necesita. Su seguridad no se basa en controlarlo todo, sino en sostenerse en medio de la incertidumbre sin traicionarse.Cuerpo político
Reconoce que su presencia —su cuerpo, su voz, su historia— es ya un acto de resistencia en espacios donde nunca fue bienvenida. Y no se disculpa por ello.
Este tipo de liderazgo no se enseña en las escuelas de negocios.
Por eso diseñé mi programa “Coaching Ejecutivo para Mujeres Líderes” como un camino de retorno. No para enseñarte a ser líder. Sino para acompañarte a reconstruir tu forma de liderar desde lo más auténtico de ti.
No estás sola.
No estás loca.
No estás equivocada.
Estás despertando.
Estás recordando.
Estás liderando como la Cacica que eres.
Reflexiones para Cacicas en formación
¿Qué parte de tu liderazgo has tenido que esconder para ser “aceptada”?
¿Cuál es tu manera natural de liderar… antes de filtrar, suavizar o justificar?
¿Qué relaciones, decisiones o hábitos necesitas soltar para volver a tu centro?